Características de los volcanes

Antes de describir las características que tienen los volcanes, es importante saber qué son los volcanes.

En este sentido, un volcán se puede definir como una estructura o formación, cuya función es la de conducir el magma del interior de la Tierra al exterior, al momento de una erupción. Ahora bien, éstos no siempre se encuentran en estado activo y no se puede saber en qué momento harán erupción.

Características de los volcanes

Actividad volcánica

Cabe destacar que, los volcanes pueden presentar diversos tipos de actividad.

• Activos: Lo interesante de esta característica es que no necesariamente tiene que estar haciendo erupción, sino que puede presentarse en cualquier momento. Por lo tanto, se deben mantener en constante vigilancia, para poder tomar medidas de emergencia en las poblaciones cercanas.
• Pasivos, inactivos o durmientes: Éste tipo de volcán tiene como característica, que no ha hecho erupción en al menos varios siglos. No obstante, presenta cierto nivel de actividad, que se puede manifestar, por ejemplo, en aguas termales.
• Extintos: En este caso, deben tener miles de siglos sin hacer erupción ni tener signos de actividad. Sin embargo, tampoco se descarta que revivan en algún momento.

Tipo de erupción

Los volcanes se caracterizan por tener más de un tipo de erupción. A su vez, estos tipos varían con relación al magma, depende de su viscosidad, temperatura y los elementos que la conforman.

• Erupción hawaiana: Aquí se puede observar una lava con viscosidad fluida. Esto hace que la lava recorra grandes distancias antes de enfriarse y tales volcanes presentan pendientes suaves.
• Erupción mixta o estramboliana: El nombre de este tipo de erupción se debe al volcán Estromboli, aún en actividad y se encuentra en las islas Eolias. Además, se presenta alternancia entre elementos sólidos y magma de viscosidad fluida. Así le otorga al volcán una estructura estratificada.
• Erupción vulcaniana: Le debe su nombre al volcán ubicado en las islas Lipari, llamado Vulcano. La estructura de los volcanes con este tipo de erupción es de pendientes muy empinadas debido a que la lava es muy viscosa, se enfría y solidifica rápido. Asimismo, tiene presencia de gases y ceniza.
• Erupción vesubiana: Se caracterizan por ser más violentas que en el tipo anterior. Así, en notablemente mayor la producción de ceniza, como en el caso del volcán Vesubio, cuyas cenizas taparon lo que antes eran las ciudades de Herculano y Pompeya.
• Erupción freatomagmática: Aquí no se advierte emerger ni lava ni roca. No obstante, son erupciones violentas tanto por la energía del volcán como por la rapidez con que se calienta el agua. Hay que resaltar que se presentan en aguas poco profundas.
• Erupción submarina: Se dan en el fondo del océano y, al la lave enfriarse, pueden formar islas. Tal es el caso de las islas canarias.

¿Cómo surgen los volcanes?

Hay dos posibles formas en las que un volcán puede surgir. Una de ellas son los puntos calientes, la cual es la menos frecuente. Por otro lado, la forma más común se da en los puntos donde una placa tectónica entra en contacto con otra.

Causa por las que se dan las erupciones

Cuando la temperatura del magma aumenta de forma excepcional, la presión ejercida hacia la superficie aumenta también. Así pues, cuando la superficie cede se produce la erupción y con ella la emisión de la lava, gases, ceniza y demás elementos.

Consecuencias derivadas de una erupción

En el caso de haber zonas pobladas próximas al volcán, éstas se pueden ver afectadas.

• Consecuencias en la corteza terrestre: Durante la erupción pueden salir disparados bloques de tierra o roca que afecten al manto terrestre.
• Contaminación del ambiente: Si bien la ceniza ayuda a la fertilización de los cultivos y, por ende, mejorando la ganadería, también la emisión de gases puede generar grandes daños en la población. Por ejemplo, causando afecciones respiratorias.