Origen de los volcanes

Los volcanes son aquellas estructuras de roca, mediante las cuales el magma se abre paso hacia la superficie terrestre. Además, existen distintos tipos de volcanes, aunque todos se caracterizan por tener un mismo origen y forma de crecimiento.

Ahora bien, la causa por la cual se da el origen o la formación de un volcán varía de uno a otro, depende del volcán en cuestión.

En este sentido, la gran mayoría de los volcanes se generan como consecuencia de la actividad geológica del planeta.

Zonas de formación de volcanes

Hay dos sitios, de manera general, donde puede formarse un volcán. La primera es la zona de contacto entre placas tectónicas y la otra es el los denominados «puntos calientes»

Formación en zonas fronterizas entre placas tectónicas

En cuanto a aquellos que se forman por la actividad tectónica, podemos encontrar dos tipos. Es decir, por convergencia de placas o por divergencia de las mismas.

Zonas convergentes

De esta manera, tenemos como ejemplo, los volcanes ubicados en el sur de Perú, que están formados por fronteras tectónicas convergentes. En este tipo de formación, una de las placas subduce abajo de la otra. Luego, se forma el magma que comienza a ejercer presión para salir a la superficie. Y por último, se genera la erupción.

Estás erupciones, además, son las que contribuyen al crecimiento de un volcán. A medida que se van produciendo más, va creciendo el volcán. Esto de debe, en efecto, a la solidificación de la lava, lo que forma más y más capas en el volcán.

Zonas divergentes

Cuando dos placas divergen entre sí, se crea un espacio débil. A su vez, por este espacio emerge el magma del interior de la Tierra. Este tipo de formación se da en el fondo oceánico, como es el caso del dorsal del Atlántico.

Zonas de formación por punto caliente

Las islas de Hawai, en Estados Unidos, es un claro ejemplo. En este caso se crea una especie de pluma magmática que asciende hacia la superficie terrestre. Asimismo, los volcanes así originados se clasifican como de naturaleza basáltica.

Estos puntos calientes pueden generar cadenas de formaciones volcánicas, de las cuales está activo el volcán que se encuentra encima de la pluma magmática. Además, estos puntos pueden mantener su actividad por millones de años.

Volcanes como beneficio y fuente de vida

Tanto a en la naturaleza como en la vida del hombre, los volcanes tienen un enorme potencial positivo, omitiendo la alta peligrosidad de estos. Así que, desde tiempos remotos los materiales volcánicos se han empleado para la fabricación de instrumentos, construcción, implementos de belleza, entre otros.

Por ejemplo, con la ceniza y la roca volcánica, los romanos hacían hormigón, con el cual construyeron el Panteón de Roma, Italia. Debido a la alta resistencia de estos materiales, hoy día también se emplean para hacer ladrillos, paneles y baldosas.

Asimismo, también son una gran fuente de litio, empleado en la producción de baterías y otros productos basados en este material. Se encuentra principalmente el los supervolcanes. Éstos, se caracterizan por un enorme agujero, producto de una enorme erupción que causa el colapso de la cámara magmática.

En este sentido, el agujero se llena de agua y el litio se acumula en forma de barro.

Por otro lado, son los responsables de la adquisición de energía de diversas especies. Tal es el caso de los volcanes submarinos, que nutren a las especies que no pueden obtener la energía a través de los rayos solares. También, en la Antártida, se cree que los volcanes ayudaron en la supervivencia de especies en distintos periodos glaciales.

Y por si fuese poco, también son fuente de energía eléctrica, a partir de centrales geotérmicas.